:: Zona socios/as ::

El exembajador especial para el Sahel

El exembajador de Irán y exembajador especial para el Sahel, Ángel Losada, nos ofreció una ponencia en la que abordó los desafíos y amenazas que enfrenta esta región africana. La presentación estuvo a cargo de Aladino Colín, quien contextualizó el Sahel como una extensa franja del continente africano, que se extiende desde el Mar Rojo hasta el Océano Atlántico, abarcando más de 6.600 kilómetros y una decena de países.

Durante su intervención, Losada definió el Sahel como un auténtico «polígono de crisis» y advirtió sobre la estrecha relación entre la estabilidad de esta región y la seguridad en Europa. Destacó que la falta de paz en el Sahel alimenta problemas globales como la inmigración descontrolada, el tráfico de personas y la expansión de grupos extremistas.

Un cambio en el orden internacional

Losada subrayó que el contexto geopolítico actual ha pasado del «imperio de la ley» del derecho internacional al «imperio de la fuerza», lo que ha debilitado la capacidad de la Unión Europea para gestionar conflictos en diversas partes del mundo, como se ha visto en Ucrania y Gaza. En este sentido, alertó sobre la creciente falta de atención hacia el Sahel, una región que, a su juicio, está quedando al margen de las prioridades internacionales.

Factores de crisis en el Sahel

El exembajador expuso los principales problemas que afectan al Sahel, agrupándolos en tres ámbitos: geográfico, institucional y geoestratégico.

1. Geográfico: Una región de tránsito de migraciones, con tensiones tribales históricas, tráfico de personas y presencia de múltiples conflictos.

2. Institucional: La inestabilidad política ha llevado a la expulsión de Occidente de la región, con la presencia dominante de juntas militares tras sucesivos golpes de Estado.

3. Geoestratégico: Diversos actores internacionales, como Rusia, China, Marruecos, Argelia, Irán, los países del Golfo, Estados Unidos y la Unión Europea, tienen intereses en la zona debido a su riqueza en recursos naturales, especialmente el oro y las tierras raras, tan de moda ahora.

En este complejo escenario, Losada resaltó la importancia del Sahel para Europa y España, señalando que la región se encuentra a tan solo tres horas de vuelo de España y que la presión migratoria desde Mauritania hacia Canarias ya alcanza cifras alarmantes, con 120.000 personas intentando llegar a las islas.

Crisis humanitaria, seguridad y geopolítica

El crecimiento de grupos extremistas, como los que operan en el norte de Mali y Nigeria, representa otro factor de desestabilización en la zona. La expansión de la sharía y del Estado Islámico es una realidad en aumento, agravada por la ausencia de una estrategia efectiva por parte de los países occidentales.

Losada también destacó los conflictos intercomunitarios entre agricultores y ganaderos, que han llegado a generar masacres de hasta 300 muertos en un solo fin de semana. El cambio climático ha exacerbado estas tensiones, al provocar malas cosechas que sumen a la población en una mayor pobreza.

Asimismo, el crecimiento demográfico en la región es una «bomba de relojería»: Níger tiene una tasa de natalidad de 7,4 hijos por mujer, lo que hará que su población se duplique en 20 años, mientras que Nigeria ya alcanza los 226 millones de habitantes. Sin oportunidades de desarrollo, estos factores alimentan la migración masiva hacia Europa.

Otro aspecto crítico es el tráfico de drogas, ya que el 50% de la droga que ingresa en Europa pasa a través del Sahel y, posteriormente, por España.

El papel de Occidente y posibles soluciones

Ángel Losada fue tajante en su análisis del papel de Occidente en la región, señalando que el fracaso en África se debe, en parte, a la imposición de modelos democráticos europeos en sociedades con estructuras tradicionales completamente diferentes. En su opinión, Europa ha invertido en seguridad y desarrollo, pero de manera ineficaz, con medidas absurdas como entrenar militares con armas de madera debido a restricciones en la venta de armamento.

También hizo hincapié en el desvío de fondos destinados al Sahel hacia la guerra de Ucrania, lo que ha debilitado aún más la presencia de la Unión Europea en la región. Mientras tanto, Rusia ha reforzado su influencia a través del grupo Wagner y una estrategia de propaganda antioccidental, mientras que China utiliza créditos e infraestructuras para expandir su control económico. Turquía, por su parte, suministra drones a diversos actores en la región.

Propuestas para el futuro

Para Losada, la clave está en la «paciencia estratégica». Europa debe mantener el diálogo y la cooperación con los actores locales, aunque no comparta plenamente sus políticas. Romper relaciones, según el exembajador, solo dejaría a la Unión Europea fuera de cualquier posible solución.

Además, abogó por una defensa firme de los derechos humanos, particularmente en relación con la libertad de prensa y la protección de periodistas. También insistió en la necesidad de mejorar la comunicación sobre los esfuerzos de Europa en la región, ya que se han destinado grandes sumas de dinero al Sahel sin que la población local lo perciba como un apoyo real.

En definitiva, Losada concluyó que la Unión Europea debe coordinar mejor sus estrategias, evitar imposiciones externas y centrarse en trabajar «con» los países del Sahel, en lugar de hacerlo «para» ellos.

Con este evento, se ha puesto de manifiesto la urgencia de comprender y abordar la crisis del Sahel, un problema que, lejos de ser local, tiene profundas implicaciones para Europa y el mundo.

Leave A Comment

Your email address will not be published.